miércoles, 30 de enero de 2013

martes, 22 de enero de 2013

Se quitó la toalla del pelo, el pelo enmarañado y mojado caía por sus hombros. Hacía frío, pronóstico de nieve, pero todo era lluvia, lluvia en la calle, lluvia en el suelo, lluvia en ella. Aunque hoy se avecinaba arcoiris. La lluvia no encharcaba, ya se evaporaba y era fácil. La vida era un poco más fácil sin motivo aparente. No había cartas, no había llamadas, no había palabras, ni hechos, ni miradas; pero sí había esperanza, esperanza en ella, de otra realidad.

Sentía como cuando algo va a pasar, pero esta vez... esta vez, parecía ser algo mejor. Su vida pasaba, la gente caminaba, se paraba pasaba de largo, ella les dejaba marchar. Jamás detendría a nadie, jamás. Cada uno hace su camino, su vida, su destino. A veces creemos que está en la vida de otro, que está en otro, pero muchas veces no es así. Simplemente son momentos, momentos diferentes que te hacen crecer, que te hacen avanzar. Todo se mueve por interés, procuró bien no hacerlo también. Por eso le dejó marchar, por eso le dejó irse, que todo aquello que era tuyo volverá y lo que no se irá para no volver. Y tú empezarás otra vez.